Control de plagas: La Revolución Verde

Los años 50 y 60 trajeron consigo los mayores cambios de la historia reciente de la agricultura. Es entonces cuando surge la agricultura que hoy llamamos convencional y que está basada en la utilización de medios químicos (para los abonados y tratamientos fitosanitarios), genéticos (para la mejora de las semillas y otros materiales de reproducción vegetal) y mecánicos (con la introducción de maquinaria con motor para facilitar las labores de cultivo). Por lo tanto, pese a ser convencional es un tipo de agricultura relativamente joven, ante la cual se pueden plantear otras alternativas sin necesidad de volver a las anteriores, armonizando los avances de la ciencia y la tecnología con el conocimiento tradicional agrícola de miles de años.

Todas las “mejoras” anteriormente mencionadas (químicas, genéticas y biológicas) hicieron abandonar las técnicas tradicionales de rotación de cultivos (la tierra podía ser abonada con químicos sin prestar atención al cuidado de su fertilidad), fomentaron los monocultivos (aumentaron las plagas pero se podía tratar indiscriminadamente con productos nocivos) y se separaron definitivamente agricultura y ganadería.

Es importante destacar que la industria química no produjo estas sustancias por presiones del mundo agrario sino a consecuencia de dos grandes guerras mundiales:

  • Primera Guerra Mundial: Alemania con el bloqueo no podía acceder a la compra del nitrato de Chile, necesario para la fabricación de explosivos a gran escala. Se vio entonces obligada a fijar el nitrógeno del aire por otros procesos para sintetizar amoníaco. Tras la guerra, los fabricantes se vieron obligados a buscar nuevos mercados y la agricultura se presentó como el mercado ideal y de ahí surgió la utilización de urea y otros productos nitrogenados en la agricultura.

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Cartel publicitario del Nitrato de Chile en España. (Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Salitre)

  • Segunda Guerra Mundial: Aquellas formulaciones químicas sintetizadas durante la guerra para destruir las cosechas del enemigo posteriormente se utilizaron como herbicidas en la agricultura, por ejemplo: el 2-4 D, el 2-4-5 T, el MCPA y otros (Barg et al., 2007). El DDT también surgió en esta misma época, se aplicó sobre poblaciones enteras para controlar la malaria y posteriormente se utilizó como insecticida en la agricultura. El DDT se prohibió en 1972 y se le atribuye como causante de numerosas enfermedades y desequilibrios en la salud humana. El DDT y sus derivados (DDE y otros) persisten en el medio ambiente, no se degradan y permanecen en el agua (10 años), en el suelo (40 años), etc., entran en los organismos y se incorporan a las cadenas alimentarias. La persistencia o vida media del DDT es muy elevada, se cree que superior a 100 años, por lo que, si ya en 1968 se estimaba que permanecían en el ambiente terrestre más de 500 millones de Kg de la sustancia, a día de hoy es incalculable la cantidad de DDT distribuido (Tejedor, 2011).

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Cartel promocional del DDT en 1950. (Fuente: http://galiciaagraria.blogspot.com.es/2011/12/agrolance-contra-el-escarabajo-ddt-ttt.html)

 Tras todos estos acontecimientos, y con la excusa de la necesidad de incrementar las producciones agrarias para una población creciente (hecho que puede recordar a los actuales argumentos a favor de la introducción de la biotecnología en la agricultura), en 1963, la FAO, realiza el Congreso Mundial de la Alimentación y a raíz del mismo, decide impulsar un plan de desarrollo agrario a nivel mundial, alentando a los países a transformar su agricultura y adoptar el modelo de monocultivos dependientes de fertilizantes químicos y agrotóxicos, con el fin declarado de incrementar los rendimientos y la rentabilidad agrícola (Barg et al., 2007). Gracias a este plan se extienden las variedades de alto rendimiento (especialmente trigo, maíz y arroz) y se impone el modelo basado en cultivos intensivos a gran escala que hoy llamamos convencional.

La Revolución Verde de las décadas del 50 – 60, subordinó la agricultura al capital industrial y eliminó los métodos tradicionales forjados durante miles de años de manejo ecológico de suelo, manejo de la materia orgánica, abonos verdes, cobertura permanente de suelo, barbechos, control biológico de plagas, variedades adaptadas a cada condición de suelo y clima, etc. Estas prácticas sustentaban los sistemas productivos y alimentaban a la población hasta la aparición del “nuevo” paquete tecnológico en donde fueron sustituidas y consideradas atrasadas e inviables. La producción industrial de alimentos fue y aún continúa siendo vendida y “extendida” por empresas trasnacionales, organismos internacionales, facultades, organismos de extensión públicos y privados, cooperativas agrarias, sociedades de fomento e institutos de enseñanza, diciendo que las semillas híbridas, transgénicas, maquinaria, aplicación de agrotóxicos (insecticidas, herbicidas, fungicidas y muchos más biocidas), fertilizantes químicos será la única receta para combatir el hambre y la pobreza actual y futura. La excusa del hambre es un argumento muy loable en principio, pero el hambre no es resultado de técnicas de cultivo nuevas o tradicionales, sino de procesos sociales, económicos y políticos (Barg et al., 2007).

La agricultura convencional es completamente insostenible. Se debería primar el interés la población y asegurar las producciones de alimentos a generaciones futuras más que continuar con un modelo completamente dependiente de factores externos que le hace ser extremadamente débil y sensible ante el más mínimo cambio ambiental, social o político.

Por todo ello, se debe seguir investigando en buscar alternativas así como recuperar las ya existentes para realizar una agricultura que asegure el suministro de alimentos y pueda ser factible (o al menos en gran medida) ante la aparición de cualquier imprevisto o cambio en el medio sea del tipo que sea.

REFERENCIAS

  • Altieri MA, Nicholls CI, 1999. Biodiversity, ecosystem function and insect pest management in agricultural systems. In: Biodiversity in agroecosystems (Collins WW, Qualset CO, eds) Boca Ratón: CRC Press, 64-84 pp.
  • Barg Venturini R, Armand Ugón FQ, 2007. Agricultura agroecológica-orgánica en el Uruguay. Principales conceptos, situación actual y desafíos. Disponible on-line en: http://www.rap-al.org/articulos_files/AGRICULTURA_AGROECOLOGICA.pdf
  • Tejedor, C., 2011. DDT la historia de la molécula. Disponible on-line en: http://www2.uah.es/tejedor_ bio/bioquimica_ambiental/DDT%20paff.pdf (DDT):

 

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Una respuesta a Control de plagas: La Revolución Verde

  1. No sabía que tenías un blog, me mola. Te meto en paginas amigas dentro del nuestro. un besazo.

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